Por: Dr. Julio Enrique Rosado, FAANS
Neurocirujano de la Red de Proveedores de MCS
El dolor lumbar, comúnmente conocido como el dolor de espalda, es una de las afecciones más comunes y con
una amplia cantidad de síntomas en el ser humano. Según estadísticas oficiales, alrededor del 80% de la
población experimenta este dolor en algún punto de su vida.
A nivel mundial, el dolor lumbar se reconoce como la condición que representa la mayor carga de enfermedad en
la práctica médica moderna (Global Disease Burden, 2013). El 90% de los contactos iniciales o de seguimiento
para este problema ocurren en los consultorios del médico de cuidado primario y en las salas de emergencias.
Sin embargo, solo un 10% de estos pacientes requieren de tratamiento en facilidades hospitalarias o
equivalentes por servicios especializados.
El reto radica en identificar cuán seria es la condición lumbar; si es de peligrosidad para la vida o
funcionalidad del paciente. La mayoría de las visitas médicas que se catalogan como dolor de espalda se
presentan como eventos sin repercusiones a largo plazo. Estos pacientes alivian su dolor con o sin
tratamiento entre la sexta y la octava semana. No obstante, pacientes que presentan riesgos de daño
neurológico o manifestaciones de condiciones sistémicas deben recibir un manejo adecuado de inmediato, y
esto dependerá de un diagnóstico certero y a tiempo.
Al recibir un paciente con quejas de dolor de espalda, se recomienda:
Revisar el historial del paciente dirigido a la queja principal (localización, intensidad y tiempo de
presentación)
Realizar un examen físico
- Observar el movimiento de pararse y sentarse
- Observar el alineamiento en balance sagital y coronal
- Observar la marcha
- Evaluar componentes no-orgánicos (Signos de Waddell)
- Reflejos tendinosos profundos y córtico-espinales
- Palpaciones obligatorias
- Analizar el Signo de Lasegue
- Examen provocativo sacroilíaco 3/5 positivos 95% de especificidad
Formular una hipótesis sobre los diagnósticos posibles y diferenciales (mecánico y neurológico, entre
otros)
Órdenes para el tratamiento agudo y, de ser necesario, realizar estudios adicionales (MRI, Cervical CT y
radiografías, entre otros)
En cuanto a la causa del dolor, se deben considerar los siguientes indicadores:
Trauma después de un incidente
Dolor de espalda que perdure más de tres meses y su intensidad (indicador que necesita más exploración)
Retención urinaria, pérdida de control intestinal o urinario
Fiebre
Osteoporosis
Sospecha o historial de cáncer
Sudores nocturnos, fatiga severa o pérdida involuntaria de peso
Guiado por esto, es importante definir estos indicadores para lograr un diagnóstico certero y referir los
tratamientos adecuados, ya sea con terapias cognitivas o ejercicios, cuidado quiropráctico o de fisiatra,
esteroides y relajantes musculares, entre otros. A través de este análisis clínico, sistemático y
reproducible, se alcanza un manejo clínico adecuado y exitoso, garantizándole seguridad y bienestar al
paciente.
Referencias:
-
Global Burden of Disease Study 2013 Collaborators. Global, regional, and national incidence, prevalence, and years lived with disability for 301 acute and chronic diseases and injuries in 188 countries, 1990-2013: A Systematic Analysis for the Global Burden of Disease Study, 2013. HCUP National Inpatient Sample (NIS). Healthcare Cost and Utilization Project (HCUP).