Por: Coralis Alsina, RD, LND, CWCM, DEPR. Presidenta y Nutricionista en Medical Nutrition Center y colaboradora de MCS
El nutricionista-dietista juega un papel fundamental en el cuidado de pacientes con condiciones crónicas como la prediabetes, diabetes, enfermedad renal crónica, hiperlipidemias, obesidad mórbida y bariátrica, síndrome metabólico, dolor crónico y morbilidad. Las antiguas civilizaciones de Grecia, India y China ya discernían la íntima relación entre lo que comíamos y cómo nos sentíamos; una sabiduría que Hipócrates encapsuló en su famosa declaración que instaba a considerar los alimentos como medicinas. A medida que los siglos pasaban, la Edad Media continuó la creencia de que una dieta equilibrada era clave para mantener el equilibrio corporal y la salud.
Fue el siglo XIX el que marcó un punto de inflexión, una era dorada de descubrimientos donde vitaminas y minerales emergieron en la lucha contra enfermedades ancestrales. En la actualidad, el dietista-nutricionista se ha convertido en un pilar esencial del enfoque holístico, trabajando mano a mano con otros profesionales de la salud para prevenir enfermedades, retrasar su progreso y tratarlas.
La información e historial que se recopila en la evaluación nutricional ayuda inmediatamente en la identificación del estado nutricional del paciente. Esto incluye análisis de la ingesta actual, identificación de deficiencias nutricionales o excesos y la relación del estado de salud del paciente con su nutrición actual. Esta información es vital para la prescripción del plan de cuidado nutricional, el cual también es informado al equipo multidisciplinario.
En el manejo de hiperlipidemias, el nutricionista puede recomendar patrones de alimentación como la dieta Mediterránea, DASH o MIND, promover alimentos específicos y enfatizar la eliminación de alimentos con alto contenido de grasas saturadas y sodio. El nutricionista-dietista crea una relación terapéutica con el paciente que necesita manejar su peso, alinea expectativas y lo acompaña en su camino para dominar el principio de un proceso que requiere participación activa. Cuando la única opción de tratamiento es una dieta estricta que requiere eliminar alimentos en pacientes con condiciones inflamatorias del tracto digestivo (IBD), su rol se expande a comprender la identificación y/o prevención de deficiencias nutricionales, entre otros. Una nutricionista especialista en nutrición renal ayudará a los pacientes a manejar laboratorios relacionados como el calcio, fósforo, potasio. Además, educa al paciente y su cuidador sobre cómo modificar recetas y leer etiquetas nutricionales.
La información sobre la efectividad de la terapia médico nutricional proporcionada por nutricionistas-dietistas es ofrecida por la Academia de Nutrición y Dietética. Su último reporte resalta los indicadores de salud que mostraron mejoras significativas tras la intervención del nutricionista, basados en estudios observacionales y clínicos que abarcan periodos de tres meses, seis meses o incluso más de un año.
Integrar la terapia médico nutricional empodera al proveedor y le ayuda a atender las necesidades de su paciente, mejorando los resultados de salud. Al priorizar la nutrición como un componente clave del tratamiento de condiciones crónicas, fomentamos un cuidado de salud efectivo y de calidad.