Por: Lcda. Somayra Rodríguez Valdés, LMSW Trabajadora Social Clínica de FHC y Colaboradora de MCS
Las personas con diabetes tienen de 2 a 3 veces más probabilidades de desarrollar depresión y solo entre el 25% y el 50% de estos pacientes son diagnosticados y tratados.
La diabetes es una condición crónica que afecta el funcionamiento normal o esperado del cuerpo, provocando que la persona sienta que pierde el control de su vida. El manejo de la diabetes conlleva compromiso, toma de decisiones y cambios en el estilo de vida que pueden detonar el desarrollo de enfermedades de salud mental como la depresión, ansiedad, burnout diabético y trastornos alimenticios. Identificar y tratar estos trastornos desde el cuidado primario es fundamental para mejorar la calidad de vida de todo paciente con diabetes.
Las personas con diabetes tienen de 2 a 3 veces más probabilidades de desarrollar depresión; sin embargo, solo entre el 25% y el 50% de estos pacientes son diagnosticados y tratados. El Informe Nacional de Estadísticas de Diabetes 2020: “Estimaciones sobre la diabetes y su carga en los Estados Unidos”, indica que, para el 2016, el 10.5% de la población general de Estados Unidos tenía diabetes y 13% de los adultos mayores de 18 años tenía diabetes . Sin embargo, en Puerto Rico su prevalencia es mucho mayor, pues aproximadamente 2 de cada 10 adultos de 18 años o más viven con diabetes, lo que representa un 19.7%2. Esto revela una gran área de oportunidad para mejorar su manejo a nivel primario.
Entre el 14% y el 19% de los pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2 sufren de ansiedad generalizada o presentan burnout diabético. En ambos diagnósticos, el cortisol, conocido como la hormona del estrés o la ansiedad, tiene un impacto directo en la glucosa en la sangre, incrementando sus niveles y produciendo glucosa de manera excesiva. El cortisol contribuye a la resistencia a la insulina y al aumento de apetito. Aprender a gestionar el estrés y la ansiedad es fundamental para que la persona con diabetes pueda mantener una buena salud física.
En los últimos años la incidencia de trastornos alimenticios en adolescentes y adultos jóvenes ha aumentado. Los adolescentes y jóvenes enfrentan el desafío de aumento de peso al comienzo del uso de la insulina, lo que provoca la necesidad de manipular o evitar dosis para controlar el peso. Las consecuencias de desarrollar un trastorno alimenticio para una persona que tiene diabetes pueden ser serias, incluyendo descontrol glucémico y otras complicaciones a largo plazo.
Tratar a un paciente de diabetes sin abordar sus problemas de salud mental puede agravar tanto su salud física como emocional. Esto puede provocar el deterioro en la adherencia al tratamiento y como resultado un aumento de complicaciones de salud físicas existentes y el desarrollo de nuevas enfermedades. Para mejorar la detección y manejo de problemas de salud mental en personas con diabetes, se recomienda el uso de herramientas de cernimiento estandarizadas. Se pueden implementar pruebas validadas para identificar síntomas de trastornos mentales, como por ejemplo:
PHQ-9 (Patient Health Questionnaire) para evaluar síntomas de depresión.
GAD-7 (Generalized Anxiety Disorder Scale) para evaluar síntomas de ansiedad.
PAID (Problem Areas in Diabetes Scale) mide el estrés emocional específico relacionado con la diabetes.
Estas herramientas pueden ser fácilmente administradas en la consulta de atención primaria y, si los resultados indican riesgo, se debe proceder con una evaluación más detallada. El médico primario tiene la ventaja de proveer una atención con mayor familiaridad y confianza. Crear un espacio seguro para que los pacientes expresen sus preocupaciones sobre el manejo de la diabetes aumenta la posibilidad de identificar cambios en el comportamiento, como el aislamiento social, la falta de motivación, el cansancio excesivo y las quejas sobre el manejo de la condición. Además, la integración de enfoques de apoyo motivacional o intervenciones breves en la consulta pueden ser clave para mejorar la adherencia y reducir el impacto emocional.
Es esencial reconocer cuándo los trastornos de salud mental superan el alcance de la atención primaria y requieren la intervención de un profesional de salud mental especializado. Algunos criterios que se deben tomar en consideración para tomar la decisión de referir a un psicólogo o psicóloga, trabajador o trabajadora social clínica o psiquiatra pueden ser los siguientes:
Síntomas persistentes aún después de hacer recomendaciones
Presencia de deterioro cognitivo
Riesgo de autolesiones o suicidio
La atención de salud primaria juega un papel crucial en el manejo temprano de los trastornos de salud mental en personas con diabetes. El uso de herramientas de cernimiento, el monitoreo de síntomas de deterioro de salud mental y el referido oportuno de estos pacientes a profesionales de salud mental son estrategias esenciales para mejorar sus resultados clínicos de salud física y mental.
En MCS estamos comprometidos en promover la salud completa de nuestros afiliados, por lo que continuamente compartimos contenido de educación clínica sobre el cuidado de la salud mental para que nuestra red de proveedores pueda ampliar sus conocimientos. A través de nuestro Centro Educativo de Salud, podrá acceder otros contenidos relacionados al cuidado de la salud mental y otros temas clínicos para mejorar los resultados del paciente.
Referencias: