Por: Dr. José Luis Nieves Rivera, Nefrólogo Proveedor y colaborador de MCS Junio 2024
La prevalencia de la enfermedad renal crónica cada vez es más alta en nuestra población, y son las personas con diabetes e hipertensión las más propensas a desarrollarla. Mantener altos niveles de azúcar en la sangre e hipertensión descontrolada por un tiempo prolongado puede causar daños significativos e irreversibles, tanto macro como microvasculares, y acelerar el progreso de la enfermedad renal crónica.
Es de suma importancia que los especialistas en nefrología y los médicos primarios trabajen en equipo para educar a los pacientes sobre el cuidado de sus riñones, identificación temprana de los casos, manejo, tratamiento y referidos oportunos para intervención temprana. Para lograrlo, es imprescindible que el médico primario hable con su paciente sobre la enfermedad renal crónica, el cuidado de sus riñones y las posibles complicaciones de esta condición. Entre las recomendaciones que deben ofrecerle a los pacientes se encuentran:
el consumo adecuado de agua
limitar el uso de medicamentos antiinflamatorios (NSAIDs)
no fumar
limitar el consumo de alcohol
mantener una dieta balanceada
hacer actividad física (ej. caminar, bicicleta, elíptica).
Cuando la enfermedad renal se está desarrollando, usualmente no presenta síntomas. Estos suelen aparecer en etapas avanzadas en las que el paciente se encuentra en estadios mayores de 3b. Por ello es indispensable identificar los factores de riesgo en nuestra población y así facilitar la identificación temprana de la enfermedad. Algunos factores de riesgo modificables son:
presión arterial descontrolada
hiperglicemia
historial de fallo renal agudo
uso recurrente de medicamentos antiinflamatorios (NSAIDs)
Por otro lado, existen los factores de riesgo no modificables, que incluyen:
historial familiar de enfermedad renal, diabetes e hipertensión
edad
raza
Debido a la falta de síntomas, es esencial que el médico primario considere, dentro de su intervención, la detección temprana de enfermedades renales y que realice de manera rutinaria las pruebas de cernimiento recomendadas, especialmente en pacientes con los factores de riesgo mencionados. Dentro de estas pruebas de cernimiento se encuentran:
Nota: La micro albumina puede ser utilizada para detectar proteinuria, pero ya una vez es detectada, se le debe dar seguimiento con el spot de proteínas totales / spot creatinina, ya que brinda un mejor estimado casi comparable con la colección de orina de 24 horas para proteínas totales.
Un paciente que presente factores de riesgos asociados a la condición y cualquier anomalía en las pruebas de cernimiento debe ser referido al nefrólogo para evaluación. En la consulta con el nefrólogo, se documenta el historial y los signos vitales y se revisan los medicamentos, suplementos y estudios. Luego se orienta al paciente sobre el funcionamiento de sus riñones, en qué estadio se encuentra y qué acciones tomar para prevenir su deterioro.
Muchas veces los pacientes llegan asustados a la oficina del especialista porque le temen a la palabra ‘diálisis’. Sin embargo, los pacientes que se encuentran en estadios bajos muchas veces solo requieren orientación, una evaluación como la antes descrita y pueden regresar al médico primario con instrucciones para el seguimiento. Aquellos pacientes con un estadio de 3 en adelante y proteinuria necesitan un plan de tratamiento completo, requiriendo visitas de seguimiento con su nefrólogo cada tres (3) a seis (6) meses.
En aquellos pacientes cuya condición progresa durante años, se puede observar una pérdida de más de un 70% en su función renal y requerir diálisis. Es importante recalcar que, en estos casos, no existe reversibilidad. Los pacientes pueden presentar el acumulo de toxinas en el cuerpo, fatiga, debilidad, retención de líquidos, edema (hinchazón en las piernas, los tobillos o alrededor de los ojos) y suelen ser más propensos a enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales, anemia y desórdenes en la mineralización de los huesos. Estas complicaciones asociadas a la condición del paciente impactan su calidad de vida y afectan su capacidad de trabajar, socializar y realizar las actividades cotidianas. En muchos casos, también pueden desencadenarse condiciones de salud mental, como depresión y ansiedad.
Al trabajar en colaboración con los médicos primarios, los nefrólogos pueden ayudar a optimizar la atención del paciente y evitar el progreso de la enfermedad renal. Esto mejora la calidad de la atención y promueve un tratamiento holístico de la enfermedad renal y sus comorbilidades asociadas.
MCS cuenta con programas clínicos para apoyar el plan de cuidado establecido por el médico primario y especialista para pacientes con condiciones de cuidado. Nuestro objetivo es mejorar la calidad del cuidado de salud de los afiliados y ayudarle a alcanzar las metas y objetivos de su tratamiento.